La Festividad de San Lesmes Abad se celebra el domingo de enero más cercano al día 30, y es una de las más queridas por los burgaleses, pues constituye un homenaje al patrón de la ciudad.
De origen francés, San Lesmes llegó a nuestra ciudad en el siglo XI como parte de séquito del rey Alfonso VI y aquí fundó el monasterio de San Juan Evangelista. Este monje benedictino alcanzó gran renombre no sólo por su labor social con peregrinos y ciudadanos burgaleses, sino también por el papel que desempeñó en el saneamiento urbano gracias a sus conocimientos de ingeniería, llegando a asesorar al concejo municipal sobre la desecación de zonas pantanosas e insalubres.
Por todo ello los burgaleses le escogieron como patrono, y es en las inmediaciones de la iglesia que lleva su nombre donde cada año se celebra su onomástica.
La corporación municipal y las autoridades francesas invitadas recorren juntos el camino entre el Ayuntamiento y la iglesia de San Lesmes, escoltados por guardias vestidos de gala. Les acompañan los Gigantillos, danzantes, dulzaineros y peñas de la ciudad. Una vez allí tiene lugar la ceremonia religiosa, en la que el Alcalde, en representación de todos los burgaleses, ofrece un cirio y panecillos al santo.
Tras el acto, los grupos folclóricos, danzantes y Gigantillos bailan y animan la fiesta. Es habitual que los burgaleses acudan a degustar los pinchos que se ofrecen en los distintos puestos (chorizo y morcilla). También es el momento de comprar uno de los tradicionales panecillos de San Lesmes, que se encargan de vender los jóvenes de la parroquia. Conciertos y diversas manifestaciones culturales y deportivas se suceden los días anteriores y posteriores a esta festividad.