Bajo el titular “Arranca una campaña plagada de festivales en toda la
provincia” el Diario de Burgos daba fe el día 27 de marzo de la
cantidad de iniciativas musicales que, de unos años a esta parte, han
ido surgiendo por toda la geografía de la provincia burgalesa.
Propuestas musicales que llenan los veranos de música y los pueblos de
cultura y vida.
Si el año pasado desde la biblioteca dábamos voz
al Zurbarán, por el impulso que ha ido cogiendo a lo largo de los
años, y al Montorock, por ser uno de los festivales con más solera
dentro del territorio nacional, este año queremos dedicarnos a esas
otras iniciativas, más modestas, que tratan de mantenerse, cuando no
de sobrevivir, en la escena burgalesa.
Desde el Tordorock,
celebrado a finales de mayo, al Montorock, que tiene lugar en
noviembre, más de una veintena de festivales llenan los pueblos de la
provincia de música. Para que todo el engranaje que va detrás de este
tipo de eventos se ponga en marcha, es necesario que alguien se ponga
al mando, y empiece con los papeleos, los trámites, buscando ayudas,
colaboraciones, patrocinios…ya que , si algo tienen en común todas
estas iniciativas es que, a pesar de ser en su mayoría eventos
consolidados y con muy buena acogida por parte del público, en la
mayor parte de los casos no reciben ningún tipo de ayuda por parte de
las instituciones, más allá de la cesión de espacios, o los permisos
de ocupación de vía pública. Salen adelante gracias al trabajo de las
asociaciones que los gestionan, los voluntarios y vecinos, y a los
ingresos de barra. Y no siempre salen adelante.
En esta ocasión hemos querido contar con algunas de
estas asociaciones, para que nos cuenten las dificultades que se
encuentran a la hora de llevar a cabo una actividad de esta
envergadura, y lo que sucede, cuando no consiguen los objetivos que
persiguen. Contaremos con :
• Angel Mari López, promotor del Oña Blues Festival, que este año
cambia de formato y se convierte en el Burgos Blues Project.
•
David, representando al Dolmen Music fest de Villarcayo, que este
año, y tras nueve ediciones, no se podrá realizar por el impago de
10.000€ por parte del ayuntamiento.
• Representantes de la
Asociación La Ballena y la asociación juvenil Waslala, organizadores
del Vive Campillo Band, en Campillo de Aranda.
• María
Ordóñez, representando a AMB, Asociación Musical Burgos, asociación
promotora de conciertos en la ciudad
Distintos proyectos, con identidad propia que demuestran con su ejemplo que la cultura tiene espacio fuera de las grandes ciudades y que puede convertirse en una herramienta de transformación en el medio rural.
Nos encontraremos en la biblioteca «Miguel de Cervantes» el viernes 17 de mayo, a las 19:00 horas.