Este es un reconocimiento al ejercicio de su responsabilidad, como parte de un Estado que ha ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño, para poner en el centro de sus decisiones políticas a un grupo de población que es el presente y el futuro de nuestra sociedad: los niños, niñas y adolescentes. Una Ciudad Amiga de la Infancia es aquella que, siendo consciente de sus problemáticas y áreas de mejora, trabaja para buscar soluciones -tanto a corto como a largo plazo- poniendo foco en los grupos más vulnerables.