Cercano ya el 77 aniversario de Juan Mons es su familia quien recoge
el testigo al exponer parte de su legado.
El legado “de un
artista que ejercía la medicina”, condensa una vida donde la creación
artística y el ejercicio de la psiquiatría fueron de la mano.
Tanto el artista como el psiquiatra buscó un diálogo y un
compromiso
con la sociedad en la que vivió.
El compromiso
supone que el mundo no se completa sin “el otro”, que no hay
indiferencia entre las partes. Desde que inició su vida profesional en
Oña fue consciente de que ambas pasiones, creación artística y
psiquiatría, viven en las fronteras. Y trabajó para que las fronteras
fueran maleables, porosas.
El universo creativo de Juan ha sido
siempre fiel a sus inquietudes pero con la intención de provocar
espacios de reflexión en torno a la convivencia humana. Por un lado,
mirar hacia uno mismo cuando, quizás, te ves reflejado en esos rostros
de pocas líneas pero que guardan todas las personalidades: bondad,
avaricia, egoísmo, burla, etc… Por otro lado, mirando hacia la
comunidad,
hacia los aspectos que suponen la pertenencia al
grupo social que nos rodea y a las tradiciones que unen porque eso
supone una base referencial.
En su caso, dedicó horas, al Camino
de Santiago, al Canal de Castilla,
a la Pasión. Sin olvidar las
referencias propias que le llevaban al mundo de la infancia: a su mar,
a la isla de Mouro, a las playas de Oyambre, al Embarcadero, a la
tauromaquia o al mundo del circo, en el que unía al niño que fue
convertido en abuelo orgulloso. En definitiva, su expresionismo y su
línea infinita han creado vasos comunicantes, eliminado muros. Nos
sigue llevando a espacios donde cuestionarnos, nos recuerda lugares de
pertenencia como sociedad.
No es poco legado en estos momentos
dispersos. Es difícil olvidar la sabiduría que encerraba ese cuerpo
grandote de cabeza leonina.
Agradecemos su vida y su obra.
Mi padre
Persona sibilina de mirada crítica, lengua afilada,
mirada sensible, tolerante y empático. Humilde, egocéntrico, su
narcisismo le hizo pedir y su generosidad dar sin límite.
De
pensamiento conservador pero sin límites, avanzado a su época y
actitud incansable. De amplio y variado vocabulario que muchas veces
no conseguía describir por lo que su inquieta mente pasaba.
Trabajador constante, ambicioso y realista. Cargaba con parte de los
secretos y problemas de los que te rodeaban. Amaba los animales, las
vacas en el campo le atravesaban.
Enviaba mensajes crípticos que
había que leer entre líneas y reflexionar para entender la mitad de la
mitad. Odiaba el mal olor, las malas intenciones, el hablar por
hablar
y la gente poco trabajadora.
Te sacaba de tu
victimismo y te hacía dueño y responsable de tu vida a base de frases
que picaban y una visión a veces demasiado agria.
Escuchaba
intensamente los consejos pero rara vez los llevaba a cabo.
Siempre rodeado de libros que dejaba a medias en pro de seguir
buscando.
Le encantaban las personas claras, prácticas y de
mirada limpia.
Amaba su casa, su rutina, sus pacientes, su Tere
y sus nietos.
Nunca fuiste un padre al uso, nos enseñaste a
respetar el mar y a disfrutar de atardeceres con olas, a saltarnos
ciertas normas siempre que no te pillaran,
a contar historias
llenas de matices y a cantar cuando llega la melancolía.
Hoy
cantamos por ti, suspiramos por ti, no le ponemos tristeza a tus alas
y nos unimos en tu honor para hacer de tu espíritu uno aún más
grande.
Blanca Mons